Los Stephens y el abuso del uso progresivo de la fuerza

 


Los Stephens y el abuso del uso progresivo de la fuerza

  


                                                                Por Saulo Jaramillo.

Foto por: Museo de la Memoria, Suecia.




¿Ha visto amo? Ese negro tiene un caballo. ¿Y tú quieres un caballo Stephen? ¿Para qué quiero yo un caballo? ¡¡Yo lo que quiero es que él no lo tenga!!

 Estas letras no van dirigidas a todas las FFAA y PN, solo a aquellos que les caiga y que en su conciencia, saben lo que han hecho en estos días de resistencia, especialmente el viernes 24/06/22, cuando en complicidad del Estado, abusaron de la Constitución y la ley. En esas instituciones existen valiosos padres de familia y tengo muchos amigos. Esto tampoco es una hipótesis ni un manifiesto, pues hace unos minutos con un breve saludo, el mismo Pancho desde allá del Vaticano, acabó de pedir que cese la violencia.

 

Los engañaron con la “ley de uso progresivo de la fuerza”

Existe, en el análisis de la elaboración de la ley penal, una corriente muy criticada por nosotros los garantistas y abolicionistas que se llama: populismo penal. Es algo así como el populismo electoral. Un politiquero que, por sus ansias de poder, de ser elegido o de mantenerse a flote políticamente, dice lo que sea y saca su demagogia al máximo. Un ejemplo reciente lo tenemos con Rodolfo Hernández, ex candidato presidencial en Colombia. Es así que, ese populista con su discurso incendiario y mentiroso, entra en la siquis del pueblo ansioso de “justicia” y de venganza y, hace aprobar lo que a sus intereses conviene, por ejemplo, una ley penal, nuevos delitos, aumento de penas. Esto es, en términos entendibles, el populismo penal.

Otro ejemplo reciente es la aprobación de la “ley de uso progresivo de la fuerza”. Nos dijeron que era para combatir la “inseguridad y el crimen organizado”. Pero, el país sigue profundamente sumido en este problema y adicional a ello, hasta hoy 26/06/22 a las 04h52, iniciamos el día 14 de movilizaciones nacionales por la histórica inequidad e injusticia que siempre sufre el pueblo. Para darle una vuelta de tuerca más a esa opresión, el poder volcó esa desastrosa “ley de uso progresivo de la fuerza” contra el pueblo y no contra el crimen organizado. Los descendientes de Luis XVI y Ma. Antonieta, ciudadanos “de bien y de paz”, salieron a festejar y hacer apología del delito.

Los engañaron, porque la mal llamada ley, fue utilizada contra el pueblo, los UMO dieron muerte y salieron a las calles a patear judíos vagos, como las SS en el régimen nazi.

 

El síndrome Stephen

El servicio leal al amo, aunque maltrate o pegue. Aunque sus políticas neoliberales también los afecten, sin que se den cuenta: a ellos, sus familias y sus compatriotas. Ese es Stephen, un esclavo afroamericano que a la época solo se denominaba negro. A pesar de su condición de esclavo, odia a su gente de raza negra, se cree blanco, rubio, de ojos azules, no tiene apellido y cree que pertenece a la familia Candie. Su amo deja que se crea de la familia porque le conviene.

Es así que, la fuerza pública, especialmente la policía, al abusar de la Constitución y la ley, quizá algunos, exteriorizando su complejo de superioridad, calmando su sed de servicio al amo: humillando, vejando y pateando a carga montón. O quizá, los de rango policía, cabo, subteniente y teniente, para desquitar el dolor de la noche negra y el bautizo del mismo color. Todo esto para agradar al amo y con anuencia del mismo. Igual que el esclavo afroamericano Stephen, en la película Django. ¿Será que sufren del síndrome Stephen?

Por otro lado, en sus ansias de agrandar su “riqueza” y controlar la dolarización del país, Calvin Candie, el amo, desesperado, derogó el decreto que declara el Estado de excepción y dejó a sus serviles en la incertidumbre. Tal y como hizo detener al organizador de las protestas el primer día. Mal asesorado, viejo y ciego, utiliza y desecha. Un acto ya conocido y frecuentemente realizado, por los que tienen poder. Pero no nos olvidamos que el poder es efímero, miren nomas al que se creía el todo poderoso, hoy es prófugo de la justicia.

Estimados hermanos policías, sí, ustedes; que degradaron y humillaron a un ciudadano el viernes derramando el agua en su cuerpo y golpearon a otros dos a carga montón, en el piso, para ustedes especialmente va este post. No abusen del poder efímero porque tal y como en el caso Balda, por el momento solo son funcionales al poder, porque cuando ya no los necesiten, como dicen popularmente: si te vi, no te conozco. Ahí serán sentenciados como Raúl Chicaiza y Diana Falcón.

 

Los delitos

Digo esto no porque estoy mal dormido, sino porque el delito de tortura tiene un verbo rector que consiste en someter a una persona a condiciones que anulen su personalidad, sin causar dolor físico o psíquico con cualquier finalidad (Art. 151 COIP). Y en términos de derechos humanos y del bien jurídico protegido, que es la integridad personal, el espíritu del tipo penal de la tortura es proteger a las personas de ser sometidas a tratos crueles, inhumanos o degradantes.

Existe también el delito de extralimitación de funciones, el mismo consiste en que un servidor de las fuerzas armadas o policía, se extralimite en la ejecución de un acto del servicio sin observar el uso progresivo de la fuerza, produzca lesiones.

Saldrán las lumbreras “penalistas” (de Twitter y cámaras, no de debate uno a uno), funcionales también al poder, a decir que no hay delito y que se lo hizo en función del “uso progresivo de la fuerza”, pero como dicen los comediantes: como digo una cosa y digo otra, las circunstancias cambian y el hilo se rompe por el lado más débil.

Para que ahondar en la muerte dada a Henry Quezada y otros. Ya después discutiremos antes de que se formule cargos si es asesinato, ejecución extra judicial, instigados por Barbie y Ken de El Bosque, la González Suárez y Tumbaco u, otro delito. O si hilamos fino y encontramos un concurso de delitos.

 

El contexto actual y el que se viene

A diferencia de los años 80, en la actualidad nos encontramos en la era digital y todo se filma, se sube a las redes y se hace público. Pero lo más preocupante para ustedes, es que se registra y ya muchos ecuatorianos, por no decir algunos millones, tienen esas filmaciones. Y, además, sirven como prueba, porque no requieren autorización judicial y fueron grabados de forma espontánea, en el momento de la ejecución (Art. 471 COIP).

Ustedes, señores policías, saben bien que cuando vejaron, degradaron y patearon en el piso a carga montón, su actuación fue ilegítima y no era necesario hacerlo. A ustedes los victimarios les pregunto: ¿Cuál era su fin legítimo, era necesario, no existían otros medios? (principios de fin legítimo y necesidad del uso progresivo de la fuerza, desarrollados por la Corte Interamericana de Derechos Humanos), menos aún, cuando lo hicieron en grupo frente a uno, sí, ahí, entre la Asamblea Nacional y el Hospital Militar, están filmados y registrados, cuando sus víctimas se encontraban circulando libremente, sin agredir a nadie, se excedieron, no estaban defendiendo a nadie y tampoco; su víctima, estaba atacando a nadie (principio de proporcionalidad del uso progresivo de la fuerza, también desarrollado por la CIDH).

Hoy Latinoamérica se encuentra pintada de dolores. Solo pocos países pequeños como Ecuador y Uruguay (en octubre ganará Lula en Brasil), la sobra de la explotación y de los gamonales campea, pero en el primero débil y desesperado, aturdido hasta por su edad y avaricia. Y, como en la respuesta que le dio el pueblo a ese tipo de gobiernos autoritarios este mismo año, en Chile y Colombia (en este último se demuestra que los pueblos evolucionan política y culturalmente porque es su primera vez en la historia), la misma tendrá mi país, en tres años o menos.

Es en ese momento, cuando se investigarán los crímenes de lesa humanidad de octubre de 2019 y de junio de 2022, los videos registrados saldrán a la luz. Pero, no se sorprendan, que cuando Calvin Candie, en sus ataques de ansiedad, como cuando muestra señales de debilidad y a veces dice una cosa y dice otra, en el momento de que exista presión para que se investiga y él quiera proteger sus intereses, se rompa el hilo y los venda, tal y como en la época de la esclavitud, mis queridos Stephens.

 

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